Era una tarde noche de octubre de 2016, Chelo aún seguía en la oficina y de golpe una alerta de esas lindas que manda @PromosaereasAR lo hizo saltar de la silla. Había pasajes a Los Ángeles por 5.400 pesos! Respetando la máxima viajera que reza que las promos locas no se piensan, se emiten y como ya mas o menos teníamos una fecha en mente hizo todo el proceso y antes de darle pagar la llamó a Vicky que del otro lado del teléfono respondió un «¡obvio!».
Cinco meses después, en marzo de 2017, llegamos a la Costa Oeste para pasear por San Francisco y Los Ángeles. Había mucho para recorrer y hacer, pero desde el primer día supimos que visitar la prisión de Alcatraz era uno de los paseos que no nos queríamos perder.

Empezamos a averiguar y nos encontramos con que no hay mucha disponibilidad de tickets para el ferry que llega a la isla, entonces empezamos a seguir las fechas para poder conseguir pases para cuando estuviéramos en la ciudad. Y así fue como en enero conseguimos un par de boletos para que Chelo festejara su cumpleaños conociendo la mítica Roca.
En su momento pagamos 87 dolares por las dos entradas a la cárcel más el viaje ida y vuelta en el ferry. Mientras escribimos esto miramos en la web y sale U$S 92,70.- El barco sale del Pier 33 y tiene varios horarios de partida. Es importante que estén un rato antes para pasar los controles de seguridad que son bastante estrictos.
Como nos gusta conocer la sobre de los lugares a donde viajamos, en los meses previos estuvimos leyendo notas y buscamos la película «Escape de Alcatraz«, protagonizada por Clint Eastwood, que cuenta cómo se ideó y se llevó a cabo el escape que puso fin a la historia de la isla como prisión federal.

Después de navegar una media hora por la bahía llegamos a la isla donde nos recibe un guarda parque. El recorrido arranca ahí mismo, bajo el cartel que indica que estás ingresando a la Penitenciaria de Alcatraz y que convive con la leyenda «Indians Welcome» que recuerda la Ocupación de Alcatraz de 1969 con la que grupo de indios nativos americanos buscaban reivindicar el derecho de los indígenas a las tierras abandonadas por el gobierno federal de los Estados Unidos.
Dejamos la zona del puerto y vamos para el edificio principal de la prisión al que ingresamos por el espacio donde estaban las duchas. Ahí retiramos las audioguías (muy buenas) y arrancamos el recorrido siguiendo las indicaciones del «cuento» que te va contando que incluye historias, la voz de los guardias, de las familias que vivían en la isla y de algunos presos famosos, además de detalles muy buenos que si no conoces o no vas atento te podés perder.

El recorrido pasa por las celdas, todas iguales, en las que se recrean escenas típicas de la época. También se pasa por «The Hole» la zona de celdas con doble puerta para los presos castigados que pasaban semanas en oscuridad y silencio total. La lavandería, biblioteca hecha de bancos y estantes de madera, el sector de visitas, la zona de administración
En un momento el recorrido te lleva a lo que era el comedor, donde (dicen) se puede ver lo que se sirvió en el último desayuno el 21 de marzo de 1963, día que cerró la prisión. Ahí mismo hay unos bancos de madera de la época en los que uno se puede sentar y ver un documental sobre el tiempo en el que la cárcel estuvo abierta.

A lo largo de los años, unos 40 presos intentaron escapar de Alcatraz. La mayoría fueron detenidos, algunos murieron por disparos durante la huida y otros se ahogaron. Sólo en cinco casos no se sabe qué ocurrió.
Desde 1972, Alcatraz pasó a formar parte de la red de parques nacionales de Estados Unidos y hoy es uno de los principales atractivos turísticos de la bahía de San Francisco, recibiendo 1,4 millones de turistas de todo el mundo al año.

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